Eccema atópico en la cara: Cómo se manifiesta y qué funciona en su caso
El eccema atópico en la cara puede causar sequedad, enrojecimiento y picor intenso, pero también dificultades psicológicas. En este artículo, aprenderás a reconocer el eccema atópico, qué lo empeora y cuáles son las opciones de tratamiento.

Qué es el eccema atópico
El eccema atópico o dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria de la piel con predisposición genética. Se asocia a una alteración de la función de barrera de la piel y del sistema inmunitario. Los afectados suelen padecer también rinitis alérgica, asma o alergias alimentarias.
El eczema atópico en la cara es frecuente en los bebés, normalmente entre los dos y los seis meses. Las mejillas son el lugar habitual del eccema, pero también puede aparecer en el cuero cabelludo, el cuello y en los pliegues de codos y rodillas. Los síntomas pueden cambiar con la edad, y en algunos casos el eczema atópico puede remitir o mejorar con la adolescencia, persistiendo a veces hasta la edad adulta.
El eccema atópico en la cara en adultos se presenta no sólo en distintas partes de la cara, sino también en el cuero cabelludo o el cuello, y puede extenderse a otras partes del cuerpo. Las manifestaciones y la intensidad de la dermatitis atópica pueden variar de un paciente a otro.
Evolución del eczema atópico facial
La dermatitis atópica en la cara se presenta en dos fases distintas, que se alternan: un brote, cuando la piel está más irritada y con picor, seguido de un periodo más tranquilo.
Cómo reconocer un eczema atópico en la cara
El eccema atópico puede afectar a cualquier persona, pero lo padecen con mayor frecuencia las personas que tienen antecedentes familiares del diagnóstico. Esta enfermedad se asocia a varios síntomas típicos, que son:
Sequedad, descamación y descamación: la piel está seca y puede descamarse.
Enrojecimiento e inflamación: la piel afectada no sólo está enrojecida, sino que también es sensible y dolorosa al tacto.
Pellizcos y ardor: a menudo se produce una irritación desagradable de las terminaciones nerviosas de la piel.
Hinchazón: está causada por la inflamación y va acompañada de una erupción roja.
Picor: a veces es tan intenso que perturba el sueño y reduce la calidad de vida.
Ampollas y humedad: A veces aparecen ampollas en la piel, que revientan y se humedecen. Esto acaba provocando la formación de costras.
Sensibilidad a los estímulos externos: la piel con eczema es muy sensible a diversos factores externos, incluidos los ingredientes comunes de los cosméticos.
Oscurecimiento de la piel bajo los ojos: Este síntoma es especialmente frecuente en personas con eczema recurrente.
Además de estas molestias físicas, el eccema atópico en la cara también provoca sentimientos de ansiedad o una disminución de la confianza en uno mismo porque la enfermedad es visible. Para algunas personas, también supone preocuparse por las reacciones de los demás y afecta negativamente a su vida social.
Qué agrava el eccema atópico
Cada persona diagnosticada de eccema tiene unos desencadenantes únicos que provocan la reagudización de sus síntomas. Entre los más comunes se incluyen:
- Detergentes y detergentes para la ropa,
- los cambios estacionales y climáticos,
- alérgenos en el aire,
- fluctuaciones hormonales,
- sudoración,
- contacto con alérgenos,
- maquillaje y productos cosméticos,
- tejidos o material de la ropa,
- humo y contaminantes,
- el estrés.
Qué hacer para el eczema atópico - tratamiento
Hidratar la piel con regularidad y reducir al mínimo el contacto con agentes irritantes funciona para el eccema atópico. Por lo general, es imposible deshacerse del eczema de una vez por todas, pero hay formas eficaces de combatirlo.
Para la fase de brote del eczema atópico, las pomadas o cremas con corticoesteroides tópicos o inhibidores de la calcineurina ayudan a reducir la inflamación y el picor. Éstos se sustituyen gradualmente, una vez superadas las peores molestias, por fármacos que mantienen el eczema en estado latente.
Para la fase de reposo, se recomiendan los emolientes, que también actúan para prevenir el desarrollo de la fase aguda del brote. Restauran la barrera protectora de la piel y se aplican en las zonas no infectadas. Ayudan a prevenir la sequedad cutánea, calman la piel y alivian el picor.
Además, tanto en esta fase como en la fase de brote, se pueden utilizar preparados a base de ictiol, que tiene un efecto antiinflamatorio y antiprurito.
En los niños, se utilizan antihistamínicos durante poco tiempo para aliviar el picor nocturno.
Consejos de la abuela para el eczema atópico
Además de los tratamientos recomendados por los médicos, muchas personas recurren a los consejos tradicionales de las abuelas. Por ejemplo, frotar las zonas afectadas con miel nanoflavizada. Se aplica una fina capa sobre la piel limpia del rostro, se deja actuar de 15 a 20 minutos y se aclara con agua tibia. Asegúrese de no ser alérgico a la miel antes de aplicarla.
Otro consejo se refiere al rascado. Ya sabrás que rascarse agrava el eczema, pero si no puedes evitarlo, sustituye el rascado por palmaditas en la zona afectada, preferiblemente a través de la ropa o una toalla, por ejemplo. Para minimizar el agravamiento del eczema, córtese las uñas.
Métodos modernos de tratamiento
Para combatir el eccema atópico en la cara también puede recurrir a una serie de métodos modernos, como los tratamientos biológicos dirigidos a proteínas específicas de nuestro sistema inmunitario.
Otra opción eficaz es la fototerapia con luz UV, que suprime la inflamación de la piel, o la espeleoterapia, que utiliza el microclima específico de las cuevas.
Los métodos modernos de tratamiento incluyen la crema barrera Dermaguard, que también recomiendan los expertos. Para las personas que sufren eccema atópico, alivia la irritación y también es adecuada para fortalecer la piel debilitada tras un tratamiento con corticosteroides. Puede encargar Dermaguard en nuestra tienda electrónica.
Dieta para el eczema atópico
La dieta desempeña un papel importante en el eccema atópico. En los niños, los alérgenos como la proteína de la leche de vaca, los huevos, el trigo, la soja, pero también las verduras, la fruta, las semillas y los frutos secos pueden ser responsables de hasta un tercio de las causas de eczema. Por eso es importante introducir estos alimentos en la dieta de los niños de forma gradual.
Las alergias alimentarias no son tan frecuentes en adultos como en niños. No obstante, hay ciertas recomendaciones que contribuyen a mejorar el estado de la piel.
Qué no comer con eczema
Con el eccema atópico, es importante identificar los alimentos que pueden desencadenar reacciones alérgicas o empeorar los síntomas. Además, hay que limitar los alimentos que contienen colorantes artificiales, conservantes y otros aditivos que pueden irritar la piel.
Qué debe incluir en su dieta
No existe ningún alimento milagroso que cure el eccema por sí solo. La clave es una dieta equilibrada y variada a base de proteínas de buena calidad, ácidos grasos insaturados (omega-3, que favorecen los procesos antiinflamatorios del organismo), verduras frescas y fruta.
Los expertos también recomiendan incluir suplementos que contengan hierro y vitamina C.
Prevención
Evite los alérgenos e irritantes que agraven sus síntomas. Hidrate su piel con regularidad y mantenga un estilo de vida saludable, que incluya dormir lo suficiente.
No utilice jabones ni detergentes agresivos que resequen o irriten la piel. En su lugar, elija limpiadores para pieles sensibles y delicadas que no contengan perfumes, colorantes ni estabilizantes. Después de lavarte la cara, sécate la piel con palmaditas suaves para evitar que se irrite más.
Uno de los desencadenantes conocidos de los brotes de eccema es el estrés. Así que tómate tu tiempo para relajarte y controlar el estrés, ya sea mediante la respiración profunda, la meditación, el ejercicio o las aficiones que te gusten.
Con el enfoque adecuado, puedes reducir significativamente los síntomas del eccema atópico en la cara y mejorar tu calidad de vida.
