Eczema en los dedos
El eccema en los dedos es una enfermedad muy desagradable. Si se trata efectivamente de un eczema y no de una enfermedad fúngica, hay que aceptar que sin una prevención a fondo es probable que los problemas vuelvan a aparecer. ¿Cómo prevenir el eczema en los dedos y cómo tratarlo si aparece?

En realidad, el eccema es un mecanismo de defensa de la piel agrietada. Un irritante penetra en la piel debilitada y ésta intenta eliminarlo mediante una inflamación no infecciosa. De ello se deduce claramente que la prevención del eccema radica en el cuidado de la piel de las manos y la eliminación de los estímulos irritantes.
El lavado frecuente no es bueno para la piel; el cloro del agua reseca la piel. La piel eccematosa no debe limpiarse con jabones normales, sino con jabones que tengan un PH de alrededor de 5,5. Esta es la acidez natural de la piel. Esta es la acidez natural de la piel. Los jabones alcalinos con un PH superior a 6 desengrasan la piel y alteran su película protectora. No utilices nunca pastas ni abrasivos para la limpieza. El agua debe estar templada, no caliente. Secar al aire o con grifo, no restregar ni frotar. Después del lavado, aplique una crema hidratante o de barrera. Por ejemplo, Dermaguard mantendrá la piel hidratada y creará una barrera invisible contra muchos alérgenos e irritantes cutáneos sin dejar residuos grasos. Cumple su función durante 4-6 horas.
Sin embargo, a pesar de una prevención exhaustiva, el eccema puede reaparecer en los dedos. El tratamiento más rápido son las pomadas de corticosteroides recetadas por un médico. Si el tiempo de espera para un examen es mayor, podemos intentar tratar el eccema en los dedos nosotros mismos. Para que el tratamiento tenga éxito, es necesario evaluar en qué fase se encuentra el eczema.
Para la piel seca, enrojecida, con picor y escamas, es adecuada la lubricación con aceite de oliva o girasol, crema de zinc o crema de parafina. También es adecuado el preparado de farmacia Synderman. Hidratar las manos lo más a menudo posible con cremas hidratantes.
Para la piel callosa e hiperqueratósica que forma costras, tratar con parafina, vaselina, aceite de almendras o, de nuevo, la pomada Synderman antes mencionada.
Si la piel cornificada se agrieta, utilizaremos por la noche una cataplasma de vapor. Prepararemos una decocción de avena a la que añadiremos un poco de aceite de oliva o de girasol. También podemos comprar en la farmacia baños ya preparados para la piel dura y corroída con grietas. Aplicamos una compresa y una bolsa de microtene sobre ella. Por último, nos ponemos guantes de algodón.
Si se forman pequeñas ampollas llenas de líquido bajo la piel y ésta se desprende en jirones, ayudan la probada pasta de zinc, la pomada de caléndula o los baños de bardana, milenrama o borraja.
Cuando se humedecen, cuando se forman depósitos rojos y pruriginosos con una superficie empantanada y costras, utilizamos baños y compresas secantes para las manos. Utilizamos hipermanganeso muy diluido de color rosa claro, decocción de corteza de roble, té negro, solución de Jarisch o agua de pino al 3%. Después del baño, tratamos las manos con aceite de zinc o pomada de ictioraxilo negro.
Si se producen sensaciones desagradables de quemazón durante el tratamiento, aumenta el picor y la piel no se calma, sino que se irrita, se debe interrumpir el tratamiento y consultar a la farmacia para tomar otras medidas. Si se sospecha una infección secundaria que se ha extendido al eczema, debe buscarse tratamiento médico en lugar de esperar varios días o semanas.
