Eccema crónico
El eccema crónico es una dermatitis muy frecuente. También se denomina eczema por desgaste. Surge gradualmente, por el contacto de la piel con diversos jabones, detergentes, productos químicos.
La piel pierde sus mecanismos de defensa. Se debilita, se vuelve seca, tirante, escamosa, roja, puede agrietarse. Lo más frecuente es que el eccema crónico se manifieste en las manos: en el dorso, las palmas, los dedos. También puede aparecer en la cara, como consecuencia del uso frecuente de maquillaje, cosméticos y desmaquillantes. Las manifestaciones cutáneas son muy similares a las de otras dermatitis, como el eccema alérgico de contacto o el eccema atópico. A diferencia de éstas, no suele evolucionar a una fase húmeda. Con un cuidado adecuado de la piel, este tipo de eczema no necesita ser tratado con corticosteroides bajo la supervisión de un médico.

¿Cómo cuidar la piel con rotura crónica?
El paso esencial es reforzar y restaurar la función de barrera protectora de la piel. El periodo de recuperación es de aproximadamente un mes. Cuando las manos están afectadas, es esencial utilizar guantes protectores o cremas barrera siempre que se trabaje con sustancias más agresivas. En particular, esto se aplica a los productos de lavado y limpieza, pinturas, barnices, durante los trabajos de jardinería y cuando se trabaja en la cocina (zumos vegetales y animales, ácidos, almidón). Si ha aparecido un eccema crónico en la cara, es necesario dejar de utilizar cosméticos, restaurar la piel y, a continuación, empezar a utilizar sólo cosméticos destinados a pieles hipersensibles.
Lavado y limpieza de la piel: los lavados demasiado frecuentes no son aconsejables para la piel debilitada. Si es posible, utilice agua mineral o agua para bebés no clorada para lavarse las manos o la cara. El agua no debe estar caliente (reseca), sino tibia. En la limpieza, utilizaremos geles y jabones lavantes no perfumados con un PH de 5,5 para mantener la acidez natural de la piel, por ejemplo, jabón líquido Sonett, gel lavante Linola, etc. Es ventajoso que contengan aceites para la hidratación (Protopan, A derma). No utilizamos disolventes y mucho menos cepillos y exfoliantes. Después del lavado, no restregamos ni frotamos la piel, sino que la secamos con un suave golpecito o al aire. Tras el secado, untaremos la piel con una crema hidratante, preferiblemente sin perfume (Protopan, Basic, Epaderm). No se recomiendan las cremas untuosas, a menos que también contengan un ingrediente hidratante. También se puede aplicar una envoltura de parafina en las manos para beneficiar la piel. Las cremas hidratantes deben aplicarse al menos cada 2-3 horas y siempre después de lavarse.
La crema barrera Dermaguard puede utilizarse para tratar el eccema crónico. Aunque no se puede sentir ni ver en la piel, forma una barrera de microfilm contra la mayoría de las sustancias agresivas y actúa así como un guante protector. Dermaguard también hidrata eficazmente la piel. Actúa hasta 6 horas, incluso después del lavado, por lo que no es necesario rehidratar la piel. La crema no es grasa ni perfumada. Puede utilizarse en cualquier parte del cuerpo, excepto mucosas y párpados.
